EL ESPÍRITU SANTO TRANSFORMA LA FAMILIA
“Mi mayor alegría es oír que mis hijos
caminan a la luz de la verdad”
3 JUAN 1:4 BLP
¿Cómo
darle solución a los problemas en las relaciones con nuestros hijos y nuestra
familia?
Amamos
tanto a nuestros hijos y a nuestra familia que tal vez nos hemos equivocado al
no permitir que el Espíritu Santo tome el control de nuestras decisiones. Desde
que caminamos con el Señor, nuestro mayor deseo es que nuestros hijos y
nuestras familias caminen con Dios y tal vez al no verlo nuestro corazón se ha
llenado de amargura, de tristezas y aun hemos sufrido división familiar. Pero
querido lector, como Dios lo prometió, lo cumplirá,
“Pero al rey de Judá que los ha
enviado a consultarme le dirán que yo, el Señor y Dios de Israel, he dicho:
Puesto que tú has prestado atención a las palabras del libro, y tu corazón se
enterneció… también yo te he oído, dice Jehová.”
2 Reyes 22:18-19.
Los
últimos reyes de Judá, antes de la deportación a Babilonia fueron desastrosos,
excepto Josías. Desde niño buscó a Dios e intentó agradarle según lo que le
habían enseñado su madre Jedida y el sacerdote Hilcías. Pero cuando halló el
libro de la ley de Dios todo cambió. Cuando el rey Josías leyó la Palabra de
Dios, quedó asombrado. Estaba claro que su pueblo había vivido en pecado por
muchos años y nadie había expresado arrepentimiento. Entonces Josías se vistió
de luto y comenzó a buscar al Dios de la Palabra. En ese momento la profetisa
Hulda le envió un mensaje diciéndole que el Señor había escuchado su oración y
visto su arrepentimiento, y no ejecutaría el juicio que había decretado contra
su pueblo porque él había enternecido su corazón para buscarle. “Enternecer” en
el original hebreo es la palabra Racác que significa “suavizar,
conmover, enternecer”. Esta palabra se usaba cuando se untaba algo áspero con
aceite para que se volviera tierno y suave.
En
la Biblia, el aceite es símbolo del Espíritu Santo, quien ablanda nuestro
corazón y nos convence de pecado. Un corazón enternecido es obediente a la voz
de Dios, desecha el orgullo, reconoce y confiesa sus faltas, y decide obedecer
al Señor. En cambio, los corazones duros no reconocen sus pecados, siempre
responsabilizan a otros, y se justifican. Pero, al contrario, el
arrepentimiento nos lleva a una dependencia total de Dios.
El
Señor también quiere que experimentemos un cambio de corazón y de naturaleza,
para ser más sensibles a su voz y saber cómo actuar frente a los retos de nuestra
vida.
Oremos
para que pueda venir un arrepentimiento y que nuestros hijos sean sensibles al
poder trasformador de Dios. Y mientras el Señor obra en sus corazones, disfruta
a tu familia, ámalos, perdónalos y sé libre para permitir que Dios obre porque
este es un nuevo tiempo para ser bendecidos.
Con
amor Luis y Janeth
Porque Yo y mi casa serviremos al Señor
ResponderBorrarDios tiene el control de mi familia y ninguno se perderá todos llegaremos a la meta de la eternidad.
ResponderBorrarAMÉN!!!
Por que Yo y mi casa serviremos al señor. 🤗
Buena reflexión El E. S. es el que hace la transformación gracias bendiciones.
ResponderBorrarAmén mis bellos líderes 🙏🫶
ResponderBorrarF.Castellanos Torres
Guaooo me encantó. Podemos cambiar el rumbo de nuestras generaciones
ResponderBorrarAmén y amén
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