EL PODER DEL ESPIRITU SANTO EN LA CRIANZA CRISTIANA

 

"Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor"

 Efesios 6:4

El Apóstol Pablo divide esta enseñanza en dos secciones: la negativa y la positiva, dice que este problema no se limita a los hijos; los Padres de Familia también deben tener cuidado. Negativamente, nos dice : “No provoquéis a ira a vuestros hijos”. Positivamente dice: “Criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Mientras recordemos ambos aspectos todo andará bien.

Comencemos con lo negativo, “No provoquéis a ira a vuestros hijos”. Estas palabras podrían traducirse como “No exasperen a sus hijos, no irriten a sus hijos, no provoquen a sus hijos a tener resentimiento". Existe siempre un peligro muy real mientras disciplinamos. Y si somos culpables de generar estos sentimientos haremos más daño que bien a nuestros hijos. Como hemos visto, ambos extremos son totalmente negativos, en otras palabras, tenemos que disciplinar de una manera que no irritemos a nuestros hijos o los provoquemos a tener un resentimiento pecaminoso. La disciplina va mucho mas allá y requiere que seamos equilibrados.

¿Cómo lo logramos? No podemos aplicar una disciplina verdadera a menos que podamos poner en práctica el DOMINIO PROPIO y AUTODISCIPLINA. Las personas que están llenas del Espíritu Santo siempre se caracterizan por su autocontrol. Cuando disciplinamos a nuestros hijos debemos controlarnos a nosotros mismos. Si tratamos de disciplinar a nuestros hijos cuando ya hemos perdido la paciencia, ¿Qué derecho tenemos de decirles que necesitan disciplina, cuando resulta obvio que nosotros mismos somos los primeros en necesitarla? Tener dominio propio para controlar el mal genio, es un requisito esencial para poder controlar a otros. El dominio propio nos capacita  para ver la situación objetivamente y manejarla de un modo controlado y equilibrado.

Si como padres aplicamos la disciplina correctamente, nunca lo haremos caprichosamente. No hay nada más irritante para el que está siendo disciplinado que sentir que la persona que la aplica es caprichosamente inestable y que no es digna de confianza porque no es consecuente. No hay cosa que enoje más a un niño que tener el tipo de Padre que un día estando de buen humor es indulgente y deja que el niño haga cualquier cosa que quiere, pero que al día siguiente se enfurece por cualquier cosa que hace. Un Padre o Madre así no aplica una disciplina correcta y provechosa, y el niño termina en una posición imposible. Se siente provocado e irritado a ira y no tiene respeto por sus Padres.

Los Padres nunca pueden ser irrazonables o no estar dispuestos a escuchar el punto de vista  de su hijo. No hay nada que indigne más al que está recibiendo la disciplina, que sentir que todo el procedimiento es totalmente irrazonable. En otras palabras, es un Padre realmente malo el que no toma en consideración ninguna circunstancia y que no está dispuesto a escuchar ninguna explicación. Algunos Padres y Madres en un anhelo por aplicar disciplina, corren el peligro de ser totalmente irrazonables. En este sentido debemos permitir que nuestros hijos presenten su explicación, y si no es un razón válida, podemos disciplinarlos por eso también. Pero no debemos negarnos a escuchar o prohibir todo tipo de respuestas, tal conducta es incorrecta y provoca ira en nuestros hijos. Se exasperarán e irritarán llegando a una actitud de rebeldía y antagonismo.

La disciplina debe ser siempre aplicada con amor, y si no se puede aplicar con amor, es mejor abstenerse y en este caso debemos mirarnos primero a nosotros mismos. Debemos tener un concepto correcto de lo que significa la formación de nuestros hijos en el hogar y considerar a nuestros hijos como una vida que Dios nos ha encomendado para su cuidado y para que lleguen a conocerlo a través de nuestra manera de vivir.

Oración:

Señor, reconozco que necesito de ti para corregir a mi(s) hijo(s), perdóname si no lo hecho de la manera correcta y a partir de ahora, conociendo cómo debo corregirlos, te pido que primeramente obres en mí como Padre y que el fruto de tu Espíritu Santo: amor, gozo paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, sean formados en mi carácter, para saber como guiar e instruir a mi(s) hijo(s) en tu camino. Dame el dominio propio para poder aplicar la disciplina con amor en ellos y así mi(s ) hijo(s) conozcan a través mío, que eres un Dios real y lleno de amor. Mira que te lo pido en el nombre de tu hijo Jesús, amén. 

Escucha atentamente esta canción, sabemos que ministrará tu corazón.

Con amor 

Wilson y Milena Turriago



G




Comentarios

  1. Amen!!!

    La verdad No es fácil criar a un hijo en amor y corrección pero cuando dejamos que el Espíritu de Dios tome el control el nos da la sabiduría necesaria

    ResponderBorrar
  2. Cada etapa de ser padres es un verdadero desafio, solo nuestro amado
    Espiritu Santo nos guia en el paso a paso para ser los padres que reflejan a Jesus.
    Zulma

    ResponderBorrar
  3. Que tremendo mensaje, muchas veces olvidamos la importancia de una crianza basada en Dios con nuestra niñez

    ResponderBorrar
  4. Padre que Ama guía,! Disciplina a sus hijos ; sólo Dios nos puede revelar este principio en medio de este tiempo ; Gracias 🙏🏼

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

QUIERO TIRAR LA TOALLA, ¿QUÉ HAGO?

NO TE DEJARÉ… NUNCA