EL PODER DE HABLAR CON FE
La bendición de los justos enaltece a la ciudad, pero la boca de los malvados la destruye (Proverbios 11:11 NVI) Recuerdo cuando adquirimos nuestro primer apartamento, lo hicimos a través de un crédito hipotecario a diez años, pero nunca olvidaré la convicción y las palabras de mi esposa: “en dos años estaremos sin deudas”, y así como lo dijo, no pasaron dos años y ya habíamos pagado toda la deuda; el Señor lo hizo, y honró las palabras de fe y de bendición de mi esposa. Así mismo, cuando entendemos el poder que tiene nuestra lengua y tomamos la decisión de hablar bien de nuestra ciudad, creyendo de corazón, Dios honrará esas palabras y esa fe, bendiciendo y enalteciendo nuestra ciudad. Esto mismo aplica para todas las áreas: al interior de una familia, las palabras que un padre o una madre usa para referirse a sus hijos y su cónyuge, con el tiempo se vuelven realidad, bien sea que hable bien o que hable mal de ellos. Si la Biblia enseña que la vida y la muerte están en poder de la l